Seguidores

sábado, 20 de mayo de 2017

01:44

No sé que sería de mi sin ese café de las dos de la mañana; tampoco sé que haría sin poder escribir.
Cada vez lo tengo más claro: escribir limpia el alma.
Da igual dónde o cómo escribas, si lo haces bien o mal, si ensucias un papel o acaricias teclas; da igual que describas ese gran fracaso amoroso o maldigas al alcohol; escribir es para todos un método de desahogo, al igual que fumar o beber, pero dejando un bonito rastro.

No hay comentarios:

Publicar un comentario